La medicina rural por Raúl Calvo. Médico rural
Médico Rural es el Blog personal del Dr. Ángel Lopez Hernanz, un médico rural, donde recoge noticias y relatos de interés en este campo asistencial de la Atención Primaria y que, este mes de abril, publica una entrada de su colega y secretario general del COM Toledo, Dr. Raúl Calvo en el que comparte su pasión por el ejercicio profesional de la medicina en un pueblo
Esta es la entrevista íntegra:
¿Por qué decidiste ser médico en un pueblo?
Conocí la Medicina Rural hace ya 30 años, cuando terminé la carrera. Tenía que irme a la mili y no quería quedarme de brazos cruzados durante casi un año. Decidí meterme en sustituciones por los pueblos de la provincia. Para mí fue una especie de enamoramiento romántico, como sólo saben enamorarse los jóvenes, con pasión, con esa incapacidad romántica para verle los defectos. Fue algo increíble porque supe desde el primer momento, sentado en esas consultas en los bajos de las plazas de los Ayuntamientos, tomando café en el bar del pueblo, andando con mi maletín de cuero por sus calles, entrando en las casas donde me acogían con una mezcla de cariño y respeto reverencial, que aquel era mi sitio y aquella mi Medicina
¿Has trabajado también en el medio urbano?
Sí. Mi residencia como Médico de Familia fue en un Centro de Salud urbano en Toledo, en un barrio obrero, que entonces tenía un nivel socioeconómico muy bajo, con multitud de problemas sociales que en muchas ocasiones degeneraban en problemas de salud. Aunque hace 25 años la situación de la AP urbana no estaba tan deteriorada como ahora, ya empezaban a aflorar los defectos que poco a poco han ido degenerando la asistencia en ese nivel: la falta de adhesión de las familias a sus médicos de cabecera, la medicalización, la inmediatez, una exigencia desmesurada, y al mismo tiempo, los médicos y las médicas cada vez más atrincheradas detrás de sus mesas, de sus puertas, repartiéndose las visitas a domicilio como quien se reparte caminar por la tabla de los piratas, las urgencias o los pacientes sin cita, atendidos por el que le toque sea quien sea. En Madrid tuve alguna que otra experiencia, pero lo único que veía era agravarse cada vez más todos esos problemas.
¿Cuántos años has trabajado o llevas trabajando en el medio rural como médico?
Como decía, trabajé entre 1992 y 1993; después tuve mili y residencia. En el 98 empecé a trabajar en un momento dificilísimo para encontrar trabajo, dando tumbos de un lugar a otro, hasta que por fin en 2001 aterricé en El Álamo (Madrid), un pueblo que empezaba a desbordarse y a perder a marchas forzadas su condición de rural. Allí estuve hasta 2006 y a pesar de esa hipertrofia que me desagradaba tanto, pude volver a saborear la Medicina Rural, sentirme integrado, ser el médico de la alcaldesa, de la panadera, visitar a los ancianos en sus domicilios, acompañarlos en sus últimos días, organizar actividades para la Comunidad, participar en sus fiestas… En 2006 un concurso de traslados me devolvió a Toledo. Buscaba una plaza aún más rural. A varios compañeros nos ofrecieron varias plazas a cubrir: nadie quería la mía porque nadie quería ocuparse de dos pueblos, ir de uno a otro cada día, encima solo. Para mí era un sueño porque en realidad odio esa sensación de estar 7 horas encerrado en un cubículo sin apenas ver la luz del sol. La Medicina está en la calle, en los domicilios.
¿Serías capaz de definir o acotar el concepto de médico rural?
No sé si sería capaz sin ponerme demasiado cursi. Para mí es el último de la Medicina romántica. El médico de nuestro imaginario, antes de que Netflix nos asaltara con sus series de hospitales americanos, el que se acercaba a tu cama con su maletín y empezaba a sacar bártulos que casi mágicamente te proporcionaban una sensación de confort inigualable. El médico rural se integra en la comunidad, es inconcebible caminar por las calles de su pueblo sin saludar a unos y a otros, tomarse un café sin atender una consulta. Y además no le importa, porque lo entiende, porque él hace lo mismo con el del taller o con el frutero. Al médico rural “le cabe el pueblo en la cabeza”, gestiona un auténtico big data pero de información blanda que le colocan en una posición privilegiada cuando se enfrenta a un problema de uno de sus pacientes. Es inigualable.
¿Crees que hay una medicina rural diferente de la medicina familiar de atención primaria?
No solo lo creo, sino que creo que debemos abrir dos debates: el primero es si la Atención Primaria Urbana va a seguir existiendo, languideciendo hasta que pierda todo su significado (y está cerca de ello) o como sociedad vamos a plantear una alternativa válida a un modelo completamente fracasado 35 años después de haber nacido. El segundo debate es, si se genera un nuevo modelo, o incluso si persiste el moribundo de la AP urbana, y pervive la AP Rural, que es donde pelea con desesperación por sobrevivir, si no deberíamos separar la formación especializada, e incluso la universitaria, para formar a médicos de familia rurales, capaces de dar lo mejor de sí mismos en esa área
¿Crees que es necesaria la especialización en medicina familiar y comunitaria, para ejercer la medicina rural?
Tal y como está en este momento la formación, se me hace casi imprescindible que la residencia se haga en un entorno rural, o al menos durante la residencia haya una rotación lo suficientemente prolongada en este ambiente. La formación especializada sigue siendo descaradamente hospitalaria, y la Medicina que se ejerce en el hospital es radicalmente diferente a la que se ejerce en un pueblo.
Se habla mucho de la asignatura de medicina familiar y comunitaria durante el grado de medicina, ¿Cómo mejorarías la docencia, para fomentar la presencia de la Medicina Rural en la formación pre y postgrado de Medicina y Especialidades Biosanitarias?
Debemos ser “agresivos” difundiendo la Medicina Rural, acudir a las Facultades de Medicina, dar charlas a los y las estudiantes explicándoles lo que somos y lo que hacemos. Y no quedarnos ahí, debemos invitarles a estar con nosotros, las Facultades deben facilitarles esas estancias y recompensárselas con créditos de libre elección, etc. Debemos dejar de ser invisibles para quienes estudian Medicina. Y urge la obligatoriedad de que los planes de estudio contemplen no ya una asignatura de Atención Primaria, sino una específica de Medicina Rural.
¿Qué diferencias existen entre la medicina rural y la urbana, si es que las hubiere?
Realmente las diferencias se han convertido en abismales, pero no tanto en la Medicina, sino en cómo se ha pervertido la Atención Primaria urbana, que se ha ido alejando de sus esencias, mientras que la Atención Primaria Rural por sus características sí ha conseguido en muchas ocasiones mantenerse fiel a ellas. Los Centros de Salud desproporcionados, con concentración de gran número de profesionales, cada vez con más barrearas de accesibilidad, donde se favorece la desconexión no sólo con las familias, dándose el caso de que en una misma familia cada miembro tenga un/a médic@ diferente, sino también con las calles que le rodean, con el barrio en el que se encuadran, son justo la antítesis de cómo se practica la Medicina en los pueblos, y esto es lo que ha ido alejando una Medicina de la otra.
¿Qué desventajas tiene el trabajar en un entorno rural, o como médico rural? ¿Cómo atraerías a los médicos al entorno rural y como hacer atractiva la medicina rural para los médicos jóvenes?
La vida en el entorno rural empieza a ser cada vez una alternativa más atractiva para quienes quieren alejarse de una forma de vida cada vez más inhumana, más estresante. Quizás lo que siempre hemos creído que eran desventajas deban ser reconvertidas en ventajas. ¿Creemos realmente que todas las personas que se deciden a ejercer la Medicina quieren vivir en un entorno agresivo, con horas y horas de su vida dedicadas a ir en coche de un sitio para otro, donde los inconvenientes marcan las decisiones de su vida, como cuántos hijos tener, o a qué dedicar tu tiempo libre?. ¿No somos, capaces, no son capaces nuestros servicios de salud de poner de relieve lo atractivo de estos puestos, la integración en la comunidad, el conocimiento de l@s pacientes y de sus vidas, y el atractivo de vivir en un entorno rural, para ell@s y sus familias, entornos que ya hacen muchos años que no dan la espalda a las comodidades de la vida moderna, y que, por supuestos están cada vez más interconectados? Las posibilidades de ofertar viviendas, oportunidades de trabajo para las parejas, flexibilidad horaria para conciliar con la vida familiar, ¿debemos acaso desdeñarlas y mantener una política de recursos humanos a la vieja usanza: este es tu número de bolsa y esto es lo que te toca?
La Medicina Rural sólo hay una cosa que necesita cambiar: su imagen, su marketing, su publicidad. Igual nuestros servicios de salud deberían contratar primero asesores de comunicación.