El  COMT remite a sus colegiados el Protocolo de Actuación ante las Agresiones a Profesionales Médicos y aboga por la necesidad de denunciar 

Identificar las situaciones potenciales, prevenir y actuar durante y después de las posibles agresiones configuran el contenido del documento, de seis puntos y doce páginas, que ha elaborado la institución colegial toledana para hacer frente a los episodios de violencia verbal o física que se producen contra el personal sanitario

El Colegio de Médicos de Toledo ha remitido a sus colegiados el Protocolo de Actuación ante las Agresiones a Profesionales Médicos cuyos contenidos abarcan desde la definición de lo que se considera agresión, a la identificación de los riesgos, la prevención y las formas de actuación durante y después de las situaciones de violencia contra el personal sanitario, insistiendo en la necesidad de denunciar los hechos .

La creciente escalada de incidentes violentos en el ámbito sanitario hace necesario la elaboración de protocolos e instrucciones tendentes a evitar, minimizar y responder legalmente ante tales hechos. Se trata, como ya señalara la presidenta del COMT, Natividad Laín, el pasado 15 de marzo, durante su comparecencia en el Día Nacional contra las Agresiones en el ámbito Sanitario, de poner todos los medios para atajar y visibilizar “una lacra de violencia inasumible, que atenta y empaña gravemente la  calidad asistencial y la plena confianza en la relación médico-paciente”.

El documento desarrolla en seis puntos y doce páginas las principales recomendaciones para que los profesionales médicos no bajen la guardia y se puedan proteger frente a episodios de intimidación durante el desempeño de sus funciones asistenciales. Además, se ha elaborado un diptico en el que se resumen los principales puntos para la prevención y las recomendaciones generales de actuación.

En este sentido, en la introducción del protocolo se alude como una de las causas del aumento de la hostilidad hacia el personal facultativo a la evolución hacia la “despersonalización de la relación médico paciente” que se ha trastocado desde un trato de cierto paternalismo anterior a la exigencia actual de la ciudadanía cimentada en el pago de impuestos que financian el sistema público sanitario, en la intoxicación que provoca la sobreinformación sanitaria que desemboca en la práctica de una medicina defensiva por parte de los profesionales por miedo a denuncias y demandas y en el recorte de recursos que genera tensiones por demoras en la atención, aumentos de listas de espera, etcétera .

Como explicaba la doctora Laín , “todos los profesionales sanitarios sufrirán o presenciarán una situación de violencia en el ámbito laboral, al menos una vez, durante su carrera profesional” que van desde posibles daños materiales a  amenazas, coacciones, insultos o vejaciones y ataques físicos cuyos resultados han provocado ya en algunos médicos lesiones de distinta consideración, heridas graves y hasta la muerte.

Por ello, en el Protocolo se exponen las situaciones en las que habitualmente se produce una agresión: esperas prolongadas, solicitud de servicios no necesarios, petición de bajas laborales fingidas, sujetos alterados o bajo los efectos de alcohol y drogas, animadversiones preexistentes o sensaciones de mala atención.

Además, antes de que se produzca una agresión y para reconducir la situación de riesgo se aconseja, mantener la calma y no responder a las provocaciones manteniendo un tono neutro y profesional, permitir la liberación emocional, reconocer deficiencias propia u organizativas, requerir la presencia de compañeros y mantener la distancia de seguridad.

En el caso de que se produzca la agresión y para evitar daños la recomendación pasa por alertar al personal de seguridad o a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, abandonar la consulta, pedir ayuda y en el caso de amenazas con armas seguir las indicaciones del agresor hasta tener una posibilidad racional de huida.

Si no es evitable, y la agresión se produce, lo recomendable es requerir la presencia de Policía o Guardia Civil, recibir asistencia sanitaria, pedir parte de lesiones, comunicar el incidente al centro sanitario y al Colegio de Médicos y  sobre todo, “denunciar los hechos” previo asesoramiento y orientación jurídica porque, como reitera el secretario general del COMT “los médicos debemos comprometernos a ejercer,  promover y fomentar la tolerancia cero frente a las agresiones al personal sanitario”.

En línea con lo anterior, te informamos, además, que el pasado 27 de noviembre el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha publicó en el DOCM la Resolución de 06/11/2018, de la Dirección-Gerencia, por la que se crea y se regula el Observatorio de la Violencia para la prevención de agresiones al personal del Sescam.

El documento completo puedes leerlo también a continuación (pdf):

181127 DOCM-Resolución 06.11.18 que Crea el Observatorio para Prevención de Agresiones del SESCAM

-Protocolo en pdf:

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE AGRESIONES PARA PROFESIONALES MÉDICOS (definitivo)

 

-Cuadro resumen agresiones a sanitarios en pdf:

cuadro resumen agresiones sanitarias

Haz click para agrandar