Denunciar es la mejor forma de luchar contra la violencia en el ámbito sanitario que en CLM registró 167 agresiones , 22 a médicos

El Colegio de Médicos de Toledo se ha sumado un año más a la celebración del Día Nacional contra Agresiones a Sanitarios que la Organización Médica Colegial conmemora este 14 de marzo, bajo el lema “Respetar al médico, cuidar de todos”, con el lazo dorado como símbolo y el hashtag en redes sociales #StopAgresiones 

“Lo que no se denuncia, no existe”, han coincidido en señalar Natividad Laín y Carlos Valmaseda, presidenta del Colegio de Médicos de Toledo y secretario general del Colegio de Enfermería de la provincia, respectivamente, que comparecían en rueda de prensa, junto al director general del Sescam, Iñigo Cortázar y el fiscal jefe de la audiencia provincial de Toledo, Antonio Huélamo, con motivo de la celebración del Día Nacional contra las Agresiones en el ámbito sanitario, que la OMC conmemora desde 2009,  y en la que han presentado el balance de agresiones a profesionales sanitarios en 2018 que ha dejado un saldo de 167 casos en la región, 22 de ellos contra médicos y 145 contra enfermeros.

Todos coincidieron en señalar la importancia de seguir trabajando en la concienciación y sensibilización del propio sector y del conjunto de la sociedad para atajar un problema que pone en riesgo la integridad física y moral de los profesionales, afecta gravemente a las relaciones con los pacientes y redunda negativamente en la calidad asistencial.

Además, reiteraron la necesidad de denunciar las intimidaciones, amenazas e insultos que sufren los profesionales sanitarios en el ejercicio de su actividad y reclamaron que en el procedimiento administrativo se eleven las sanciones económicas como elemento disuasorio para prevenir este tipo de conductas tipificadas como delitos.

Así lo señalaron tanto la presidenta del Colegio de Médicos de Toledo, Natividad Laín, quien dijo que las denuncias registradas “muestran sólo la punta del iceberg de las situaciones de violencia que viven los profesionales sanitarios”, como el secretario general del Colegio de Enfermería, Carlos Valmaseda, que también  animó al colectivo a no dejar pasar este tipo de sucesos que en 2018 dejaron un balance de 145 enfermeras y enfermeros agredidos en Castilla-La Mancha, 71 de ellos en Atención Especializada y hospitalaria, lo que nos convierte en la tercera comunidad de España donde más agresiones se registran, según su propio Observatorio nacional.

22 médicos agredidos en la región

Precisamente, los datos de las agresiones sufridas por la profesión médica en la comunidad autónoma, según el Observatorio de la Organización Médica Colegial, muestra una tendencia decreciente de agresiones a facultativos, 22 en Castilla-La Mancha, tres menos que en 2017, y 4 en la provincia de Toledo frente a los 13 del pasado año.

Estos actos coactivos o de violencia contra médicos se producen en el sector público, en el 55% de los casos contra mujeres y en el 45% contra hombres y mayoritariamente se producen en Atención Primaria, en el 50% de los casos, seguido de los hospitales en un 18% y en un 9% en las urgencias.

Respecto al tipo de agresión registrada, un 57% fueron amenazas, mayoritariamente realizadas por mujeres (52,9%); un 30% también proferidos mayoritariamente por mujeres (66,7%) y finalmente, en un 13% de los casos se registraron lesiones a cargo de hombres.

En cuanto a las lesiones, en el 83% de los casos fueron psíquicas (60% afectaron a mujeres y el 40% a hombres; y un 17% fueron físicas y afectaron al 50% a hombres y mujeres.

La tipología del agresor señala que son familiares, en el 38% de los casos y después pacientes programados, un 38% y no programados un 24%.

Las causas de las agresiones en un 64% son por discrepancias con la atención médica recibida; en un 14% porque no se recetó lo que pedía el paciente; un 4% fueron por las bajas laborales; también en un 4% se produjeron por discrepancias personales y en idéntico porcentaje por la emisión de informes no acordes a las exigencias del paciente. Por mal funcionamiento del centro sanitario, 5%,  y por otras causas también un 5%.

Por grupos de edad, un 35% de las agresiones se registran contra profesionales de entre 36 y 45 años; también un  35% entre 56 y 65 años; un 22% de los casos contra médicos con edades comprendidas entre los 46 y los 55 años. Por debajo de los 35 años se ha contabilizado que un 8% ha sufrido situaciones de violencia.

El 71% de las agresiones no generaron daños materiales y un 29% si.

Estos actos fueron denunciados en el 79 % de los casos, mientras que un 21% de los profesionales afectados decidieron no hacerlo.

Cabe señalar por último que en el 100% de los casos que se registran no ha habido agresiones previas.

A nivel nacional, los profesionales de la Medicina sufrieron 490 agresiones en 2018 de las que el 59%  corresponden a médicas. Estos datos suponen un descenso del 4,8%, respecto a 2017, cuando se produjeron 515, lo que revela una moderada disminución de estas conductas violentas y supone un ligero cambio de tendencia.

La punta del iceberg

Para Natividad Laín “estas son solamente las agresiones visibles porque no se conocen con exactitud todos los insultos, amenazas y coacciones que sufren los profesionales en su quehacer cotidiano y precisamente la visibilidad y la denuncia de todos y cada uno de estos hechos son los principales objetivos para, entre todos, conseguir erradicar una lacra de violencia inasumible”.

Laín mostró la disposición del Colegio de Médicos a seguir trabajando conjuntamente con Enfermería, con la administración sanitaria, con la Fiscalía y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para ofrecer a los profesionales las herramientas formativas necesarias para detectar y prevenir este tipo de situaciones y concluyó pidiendo la complicidad de la sociedad en su conjunto y  “Tolerancia Cero” con las agresiones.

También Carlos Valmaseda quiso hacer hincapié en que “no se trata de un problema banal, es una lacra importante” y agregó que estas situaciones sumadas a las presiones propias del ejercicio profesional “nos hacen zozobrar”.

Por su parte, el director general de Recursos Humanos del SESCAM, Iñigo Cortázar,   repasó los instrumentos puestos en marcha para reducir esta lacra y contribuir a que haya tolerancia cero con la violencia en el ámbito sanitario, como el Observatorio regional “totalmente transversal” puesto en marcha hace dos años o la personación en todos los procedimientos judiciales por agresiones físicas a los profesionales, y  avanzó que se está ultimando un decreto de procedimiento sancionador con multas administrativas de índole económica, amonestaciones o restricción de algún servicio al agresor y que se van a personar también cuando existan agresiones verbales.

En este sentido profundizaba el fiscal jefe de Toledo, Antonio Huélamo, que recordó que no solo se condenan las agresiones a sanitarios en el ejercicio de sus funciones o con ocasión de ellas como atentado a la autoridad al que se pueden sumar otros delitos por lesiones, sino que se protege también la dignidad del facultativo en el ejercicio de su función pública.  Desde la Fiscalía se insiste en que hace falta denunciar y testificar para que prospere la denuncia y acabe en una condena que puede ir de los 6 meses a los 3 años de prisión. También señaló que el mayor riesgo está en las guardias de los centros con urgencias en poblaciones alejadas y en las atenciones domiciliarias.

Finalmente,  se ha recordado el caso del médico de Camarena, Juan Alcázar, al que agredieron brutalmente cuando acudió a un servicio de atención domiciliaria. Aunque salió del coma se encuentra en un centro de recuperación de daño neurológico y progresa lentamente. Este atentado puede ser constitutivo de un delito de asesinato en grado de tentativa.