Información sobre los contenidos de las Mesas
MESA 1 – «Decisiones al final de la vida: la objeción de conciencia y el Proyecto de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia»
17:00-18:30 horas
Moderador: Tomás Cobo Castro
Ponentes: Javier Sánchez Caro, José María Domínguez Roldán
Discusores:Clementina Acedo Claro, Jacinto Bátiz Cantera, Manuela García Romero, Ramón Garrido Palomo
Es posible que en el momento de celebrarse el VII Congreso Nacional de Deontología la ley ya esté aprobada, pero, de momento, solo disponemos de la Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (PLORE); esto significa que cuando se dé a conocer el texto definitivo, algunos elementos, quizá, hayan cambiado, pero la estructura del Congreso permitirá asumir estos cambios sobre la marcha.
Tal y como consta en el PLORE y, en concreto, dentro de la definición de eutanasia: «como el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona, producido por voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento», sin duda, viene a plantear al médico, en la práctica clínica, una serie de problemas tanto éticos como deontológicos que enfrentan la autonomía del paciente con la autonomía del profesional y su moral tradicional.
El médico, como cualquier ser humano, tiene su mundo de creencias y valores que ha de ser respetado y como profesional, también adquiere otro añadido, el de los conocimientos científicos. En cualquiera de las dos perspectivas hay lugar para la objeción, de conciencia en el primer caso, de ciencia en el segundo. Esto deviene en un elemento crucial, e indispensable, para la práctica profesional satisfactoria, más aún cuando este proyecto busca convertir la eutanasia en una prestación más del Sistema Nacional de Salud
En la «Exposición de motivos» la PLORE explicita «que se garantiza dicha prestación sin perjuicio de la posibilidad de objeción de conciencia del personal sanitario». En el Capítulo I define la «Objeción de conciencia sanitaria», como «derecho individual de los profesionales sanitarios a no atender aquellas demandas de actuación sanitaria reguladas en esta ley que resultan incompatibles con sus propias convicciones». El Art. 16 entra un poco más a fondo en el ejercicio de este derecho.
Por nuestra parte, el enfoque ha de ser desde la perspectiva profesional, por lo tanto, deontológico, tras lo que está la Ética y no solo la moral profesional.
MESA 2 – «De la necesidad de priorizar en la asistencia a la deshumanización y abandono de los enfermos durante la pandemia de la covid-19»
18:30-20:00 horas
Moderador: Raúl Calvo Rico
Ponentes: Rodrigo Gutiérrez Fernández, Pilar León Sanz
Discusores:Valle Coronado Vázquez, Francisco Barón Duarte, Alfonso Canabal Berlanga, Ángel Benegas Orrego
La situación generada por la pandemia de la Covid19 ha puesto de manifiesto el proceso de deshumanización de la asistencia que ya veníamos observando años atrás por la diversificación de la práctica médica. Esta diversificación, a veces atomización por las distintas especialidades y subespecialidades, viene a producir una dispersión de las responsabilidades profesionales. La tecnificación progresiva de la medicina, el aumento de la demanda asistencial, la «creación de enfermedades» o la conversión de dolencias leves en objeto permanente de atención y seguimiento, por motivos espurios, tiene también su influencia en este olvido del factor humano. Todo ello en un contexto de recursos humanos y materiales cada vez más limitados y una práctica que tiende a la productividad, pervirtiendo la relación médico-paciente. La pandemia ha llevado esto a extremos que han tensionado aún más las relaciones entre pacientes, médicos y gestores o administradores.
MESA 3 – «Estándares éticos y deontológicos en la gestión médica. Obligaciones éticas y deontológicas de los directores médicos»
10:00-11:30 horas
Moderador: Vicente Andrés Luis
Ponentes: José Ramón Repullo Labrador, Luis Ciprés Casasnovas
Discusores: Isabel Brú Espino, Antonio Blanco Mercadé, Miguel Ángel Morlán Lopez, Mariano Casado Blanco
Quizá esto viene a apelar a las creencias y vocaciones personales del profesional y al sagrado ámbito de lo privado; sin embargo, la profesión médica tiene una amplia y profunda repercusión social, por lo que el médico se convierte en un elemento ejemplarizante que puede elevar la profesionalidad o rebajarla, según su conducta se adhiera o no al Código Deontológico.
Ciertamente hay una tensión en quien tiene que tomar decisiones subordinado a las condiciones que plantean tanto la administración (pública o privada) como la deontología profesional. Buscar un punto de equilibrio que rebaje esta tensión y se manifieste en la generación de decisiones justas es algo que se podría decir que corresponde, como la buena praxis médica, al arte del ejercicio profesional. Coordinar, complementar y aplicar estas dos vocaciones profesionales requiere una ayuda que, una vez más la Ética, en su disciplina deontológica, puede ayudar a resolver.
MESA 4 – «Irrupción de la Telemedicina y la e-consulta: Implicaciones asistenciales para los pacientes y los profesionales»
11:30-13:00 horas
Moderador: José Félix Sastre García
Ponentes: Vicente Baos Vicente, Alejandro Callizo Silvestre
Discusores: Ricardo Abengózar Muela, María Teresa Vidal Candela, Manuel Fernández Chavero, Antonio Fernández-Pro Ledesma, Javier Sánchez Caro
En los tiempos actuales, con la disponibilidad y accesibilidad que ofrece la telefonía móvil ―verdaderos ordenadores de bolsillo―, acaba resultando imposible evitar que un paciente recurra a un centro de salud, a una consulta médica o al profesional mismo, tanto por medio de la voz como de la imagen. Esta es una realidad que los profesionales debemos conocer y aceptar, no sin reglamentar debidamente para poder establecer unos límites razonables y así poder regular estos contactos. Con ayuda de la Ética, aplicada a la deontología profesional, se deben perfilar bien las condiciones en las que el acto médico telemático se ha de realizar para que no se produzcan abusos por parte del paciente o del profesional y ninguno resulte perjudicado. Del mismo modo, alejar, en lo posible, el lucro indebido de terceros que podrían aprovechar la tecnología para conseguir unos ingresos fáciles a costa de médicos y pacientes.
MESA 5 – «La justicia distributiva y la deontología en el acceso justo a las vacunas y medicamentos para el SARS-Cov2»
16:00-17:30 horas
Moderador:Roberto Sabrido Bermúdez
Ponentes: Fernando Lamata Cotanda, José Manuel Silva
Discusores:, Karina Villar Gómez de las Heras, Suyapa María Figueroa Eguigurems, Leonel Argüello Irigoyen, Edén Galán Rodas, Pedro Alfonso Contreras Rivera
Es incuestionable la necesidad, desde la perspectiva sanitaria profesional, de que las vacunas y medicamentos estén disponibles para cualquier miembro de la sociedad, sin establecer diferencias entre los seres humanos, más allá de los límites que la propia práctica de la medicina establece. También se puede constatar que este interés profesional no es acorde con los intereses comerciales que, si bien legítimos en origen, pueden dejar de serlo cuando exceden lo razonable mostrando precios abusivos que hacen imposible acceder a estos productos. Esto requiere una alianza entre ciudadanos y profesionales sanitarios, de la que no pueden quedar al margen las Administraciones Públicas, gestoras de los recursos disponibles.
MESA 6 – «El negacionismo, una práctica no ética de riesgo para la salud»
17:30-19:00 horas
Moderador: Serafín Romero Agüít
Ponentes: Rogelio Altisent Trota, Juan José Rodríguez Sendín
Discusores: Jean Carlo Cavalcante, Jorge Coronel Jorge, María Felicidad Rodríguez Sánchez, Lucía Martín López
En la medicina, como ciencia de ciencias que es, siempre ha existido diversidad de opiniones y escuelas. En los albores de su nacimiento y desarrollo en la civilización griega, matriz de nuestra praxis, ya existían dos escuelas, la de Cos y la de Cnido, dos formas de entender diversas. Los Tratados Hipocráticos son buena muestra de esta variabilidad. En estos mismos escritos ya se nos prestó una palabra «epidemia» que da título a uno de los libros incluidos en el conjunto de tratados. En el origen viene a significar “sobre el pueblo”; es decir, lo que ocurría en una población, sus características, geografía, meteorología (aguas, vientos, clima), enfermedades de sus habitantes. Todo ello lo necesitaba el médico hipocrático para sus diagnósticos y tratamientos en una práctica que ya esbozaba la visión científica e integral del enfermo y su enfermar.
Como sabemos hoy tiene un significado diferente que, sin embargo, no puede ser ajeno a lo que aquellos antecesores observaban. Hoy conocemos microorganismos que causan enfermedades comunes a un buen número de personas habitantes de una población, comunidad y continente, como es el caso de la Covid19. Que haya médicos que nieguen la existencia de estos microorganismos favorecedores de determinadas enfermedades supone un retroceso a tiempos anteriores a la microscopía. Estos, a los que se ha dado en llamar «negacionistas», buscan convertir sus creencias en paradigmas científicos, lo cual ya es un grave error. En términos lógicos, negar la premisa mayor permite elaborar una teoría que internamente es coherente, pero que parte de la negación de un hecho constatable, observable, identificable. Todo lo que no es una creencia que, si bien puede ser válida para el creyente, carece de la pertinente explicación que la haría científica. Y no solo no resulta racional, sino que ni siquiera es razonable.
El siguiente paso es la práctica errónea y la búsqueda de adeptos que acaban cayendo en el mismo error. Desde una perspectiva deontológica, que regula la práctica médica, es intolerable la imposición de una creencia y menos a quien ha de recibir la asistencia del profesional.
Y respecto a otros colegas, hay que tener en cuenta que el Código Deontológico reitera una y otra vez la necesidad de colaboración entre los profesionales, la obligación de enseñar aquello que mejor se domina o de lo que se tiene mayor experiencia, para favorecer que la asistencia sea lo más completa posible y de la mejor calidad. La medicina siempre trata de ir rebajando el nivel de incertidumbre y no de aumentarlo, por lo que implica de riesgo para la salud del paciente y la población.
Información sobre los contenidos de las Mesas
MESA 1 – «Decisiones al final de la vida: la objeción de conciencia y el Proyecto de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia»
17:00-18:30 horas
Moderador: Tomás Cobo Castro
Ponentes: Javier Sánchez Caro, José María Domínguez Roldán
Discusores:Clementina Acedo Claro, Jacinto Bátiz Cantera, Manuela García Romero, Ramon Garrido Palomo
Es posible que en el momento de celebrarse el VII Congreso Nacional de Deontología la ley ya esté aprobada, pero, de momento, solo disponemos de la Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (PLORE); esto significa que cuando se dé a conocer el texto definitivo, algunos elementos, quizá, hayan cambiado, pero la estructura del Congreso permitirá asumir estos cambios sobre la marcha.
Tal y como consta en el PLORE y, en concreto, dentro de la definición de eutanasia: «como el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona, producido por voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento», sin duda, viene a plantear al médico, en la práctica clínica, una serie de problemas tanto éticos como deontológicos que enfrentan la autonomía del paciente con la autonomía del profesional y su moral tradicional.
El médico, como cualquier ser humano, tiene su mundo de creencias y valores que ha de ser respetado y como profesional, también adquiere otro añadido, el de los conocimientos científicos. En cualquiera de las dos perspectivas hay lugar para la objeción, de conciencia en el primer caso, de ciencia en el segundo. Esto deviene en un elemento crucial, e indispensable, para la práctica profesional satisfactoria, más aún cuando este proyecto busca convertir la eutanasia en una prestación más del Sistema Nacional de Salud
En la «Exposición de motivos» la PLORE explicita «que se garantiza dicha prestación sin perjuicio de la posibilidad de objeción de conciencia del personal sanitario». En el Capítulo I define la «Objeción de conciencia sanitaria», como «derecho individual de los profesionales sanitarios a no atender aquellas demandas de actuación sanitaria reguladas en esta ley que resultan incompatibles con sus propias convicciones». El Art. 16 entra un poco más a fondo en el ejercicio de este derecho.
Por nuestra parte, el enfoque ha de ser desde la perspectiva profesional, por lo tanto, deontológico, tras lo que está la Ética y no solo la moral profesional.
MESA 2 – «De la necesidad de priorizar en la asistencia a la deshumanización y abandono de los enfermos durante la pandemia de la covid-19»
18:30-20:00 horas
Moderador: Raúl Calvo Rico
Ponentes: Rodrigo Gutiérrez Fernández, Pilar León Sanz
Discusores:Valle Coronado Vázquez, Francisco Barón Duarte, Alfonso Canabal Berlanga, Ángel Benegas Orrego
La situación generada por la pandemia de la Covid19 ha puesto de manifiesto el proceso de deshumanización de la asistencia que ya veníamos observando años atrás por la diversificación de la práctica médica. Esta diversificación, a veces atomización por las distintas especialidades y subespecialidades, viene a producir una dispersión de las responsabilidades profesionales. La tecnificación progresiva de la medicina, el aumento de la demanda asistencial, la «creación de enfermedades» o la conversión de dolencias leves en objeto permanente de atención y seguimiento, por motivos espurios, tiene también su influencia en este olvido del factor humano. Todo ello en un contexto de recursos humanos y materiales cada vez más limitados y una práctica que tiende a la productividad, pervirtiendo la relación médico-paciente. La pandemia ha llevado esto a extremos que han tensionado aún más las relaciones entre pacientes, médicos y gestores o administradores.
MESA 3 – «Estándares éticos y deontológicos en la gestión médica. Obligaciones éticas y deontológicas de los directores médicos»
10:00-11:30 horas
Moderador: Vicente Andrés Luis
Ponentes: José Ramón Repullo Labrador, Luis Ciprés Casasnovas
Discusores: Isabel Brú Espino, Antonio Blanco Mercadé, Miguel Ángel Morlán Lopez, Mariano Casado Blanco
Quizá esto viene a apelar a las creencias y vocaciones personales del profesional y al sagrado ámbito de lo privado; sin embargo, la profesión médica tiene una amplia y profunda repercusión social, por lo que el médico se convierte en un elemento ejemplarizante que puede elevar la profesionalidad o rebajarla, según su conducta se adhiera o no al Código Deontológico.
Ciertamente hay una tensión en quien tiene que tomar decisiones subordinado a las condiciones que plantean tanto la administración (pública o privada) como la deontología profesional. Buscar un punto de equilibrio que rebaje esta tensión y se manifieste en la generación de decisiones justas es algo que se podría decir que corresponde, como la buena praxis médica, al arte del ejercicio profesional. Coordinar, complementar y aplicar estas dos vocaciones profesionales requiere una ayuda que, una vez más la Ética, en su disciplina deontológica, puede ayudar a resolver.
MESA 4 – «Irrupción de la Telemedicina y la e-consulta: Implicaciones asistenciales para los pacientes y los profesionales»
11:30-13:00 horas
Moderador: José Félix Sastre García
Ponentes: Vicente Baos Vicente, Alejandro Callizo Silvestre
Discusores: Ricardo Abengózar Muela, María Teresa Vidal Candela, Manuel Fernández Chavero, Antonio Fernández-Pro Ledesma, Javier Sánchez Caro
En los tiempos actuales, con la disponibilidad y accesibilidad que ofrece la telefonía móvil ―verdaderos ordenadores de bolsillo―, acaba resultando imposible evitar que un paciente recurra a un centro de salud, a una consulta médica o al profesional mismo, tanto por medio de la voz como de la imagen. Esta es una realidad que los profesionales debemos conocer y aceptar, no sin reglamentar debidamente para poder establecer unos límites razonables y así poder regular estos contactos. Con ayuda de la Ética, aplicada a la deontología profesional, se deben perfilar bien las condiciones en las que el acto médico telemático se ha de realizar para que no se produzcan abusos por parte del paciente o del profesional y ninguno resulte perjudicado. Del mismo modo, alejar, en lo posible, el lucro indebido de terceros que podrían aprovechar la tecnología para conseguir unos ingresos fáciles a costa de médicos y pacientes.
MESA 5 – «La justicia distributiva y la deontología en el acceso justo a las vacunas y medicamentos para el SARS-Cov2»
16:00-17:30 horas
Moderador:Roberto Sabrido Bermúdez
Ponentes: Fernando Lamata Cotanda, José Manuel Silva
Discusores:, Karina Villar Gómez de las Heras, Suyapa María Figueroa Eguigurems, Leonel Argüello Irigoyen, Edén Galán Rodas, Pedro Alfonso Contreras Rivera
Es incuestionable la necesidad, desde la perspectiva sanitaria profesional, de que las vacunas y medicamentos estén disponibles para cualquier miembro de la sociedad, sin establecer diferencias entre los seres humanos, más allá de los límites que la propia práctica de la medicina establece. También se puede constatar que este interés profesional no es acorde con los intereses comerciales que, si bien legítimos en origen, pueden dejar de serlo cuando exceden lo razonable mostrando precios abusivos que hacen imposible acceder a estos productos. Esto requiere una alianza entre ciudadanos y profesionales sanitarios, de la que no pueden quedar al margen las Administraciones Públicas, gestoras de los recursos disponibles.
MESA 6 – «El negacionismo, una práctica no ética de riesgo para la salud»
17:30-19:00 horas
Moderador: Serafín Romero Agüít
Ponentes: Rogelio Altisent Trota, Juan José Rodríguez Sendín
Discusores: Jean Carlo Cavalcante, Jorge Coronel Jorge, María Felicidad Rodríguez Sánchez, Lucía Martín López
En la medicina, como ciencia de ciencias que es, siempre ha existido diversidad de opiniones y escuelas. En los albores de su nacimiento y desarrollo en la civilización griega, matriz de nuestra praxis, ya existían dos escuelas, la de Cos y la de Cnido, dos formas de entender diversas. Los Tratados Hipocráticos son buena muestra de esta variabilidad. En estos mismos escritos ya se nos prestó una palabra «epidemia» que da título a uno de los libros incluidos en el conjunto de tratados. En el origen viene a significar “sobre el pueblo”; es decir, lo que ocurría en una población, sus características, geografía, meteorología (aguas, vientos, clima), enfermedades de sus habitantes. Todo ello lo necesitaba el médico hipocrático para sus diagnósticos y tratamientos en una práctica que ya esbozaba la visión científica e integral del enfermo y su enfermar.
Como sabemos hoy tiene un significado diferente que, sin embargo, no puede ser ajeno a lo que aquellos antecesores observaban. Hoy conocemos microorganismos que causan enfermedades comunes a un buen número de personas habitantes de una población, comunidad y continente, como es el caso de la Covid19. Que haya médicos que nieguen la existencia de estos microorganismos favorecedores de determinadas enfermedades supone un retroceso a tiempos anteriores a la microscopía. Estos, a los que se ha dado en llamar «negacionistas», buscan convertir sus creencias en paradigmas científicos, lo cual ya es un grave error. En términos lógicos, negar la premisa mayor permite elaborar una teoría que internamente es coherente, pero que parte de la negación de un hecho constatable, observable, identificable. Todo lo que no es una creencia que, si bien puede ser válida para el creyente, carece de la pertinente explicación que la haría científica. Y no solo no resulta racional, sino que ni siquiera es razonable.
El siguiente paso es la práctica errónea y la búsqueda de adeptos que acaban cayendo en el mismo error. Desde una perspectiva deontológica, que regula la práctica médica, es intolerable la imposición de una creencia y menos a quien ha de recibir la asistencia del profesional.
Y respecto a otros colegas, hay que tener en cuenta que el Código Deontológico reitera una y otra vez la necesidad de colaboración entre los profesionales, la obligación de enseñar aquello que mejor se domina o de lo que se tiene mayor experiencia, para favorecer que la asistencia sea lo más completa posible y de la mejor calidad. La medicina siempre trata de ir rebajando el nivel de incertidumbre y no de aumentarlo, por lo que implica de riesgo para la salud del paciente y la población.
Normativa | Fecha |
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Documento
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Julio de 2018 |
Actividades Diciembre 2018 |
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Curso
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Actividades | Tipo | Fecha |
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Curso
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Tipo | Fecha |